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El “Yankee Clipper” y su récord que pareciera irrompible

Los récords en el béisbol se pueden implantar en una entrada, un juego, una temporada o toda la vida deportiva. Con las nuevas estrategias y mentalidades de los que dirigen, muchas marcas parecen imposibles de ser superadas.

Sin embargo, el relato que haré de una es un ejemplo y, para muchos conocedores y críticos de la pelota, la más grande de las epopeyas realizadas en ese deporte.

El autor de ella, Joe DiMaggio, jugó durante 13 años con un solo equipo: los Yanquis. Ese californiano, hijo de inmigrantes italianos, fue un excelente y fino jardinero central, veloz en los senderos, bautizado con el apodo del “Yankee Clipper”, por la rapidez con la que cubría la pradera. Lanzaba con la derecha, teniendo un poderoso brazo que enfriaba en la mayoría de las veces al corredor que intentaba ganar una colchoneta extra. Bateaba del lado diestro y estudiaba detenidamente los movimientos de los serpentineros, con el fin de detectar sus debilidades las cuales aprovechaba cuando estaba en la caja de bateo.

Durante su estadía en Nueva York levantó el trofeo de la Serie Mundial en nueve ocasiones. Con el número 5 en el uniforme, se retira a los 37 años de edad, y dejó implantada una marca que parece para la eternidad: 56 partidos seguidos conectando de hit.

Fue un caballero fuera y dentro del terreno de juego, sirvió a su país en las fuerzas armadas, que lo convirtieron en el cásico héroe americano, un ícono para la juventud de su época.

La odisea: el 17 de julio de 1941, terminaba la racha de imparables que había empezado un día como ayer, 15 de mayo. DiMaggio se retira cabizbajo hacia la cueva de su equipo, al fallar en su último turno. Fue puesto fuera en todas sus apariciones. Ese día no pudo llegar a la primera almohadilla con batazo de hit. Sus manos sostenían el madero que no había funcionado como en partidos anteriores. Su rostro reflejaba tranquilidad, tal vez ni el mismo imaginaba la epopeya que había labrado durante 56 juegos consecutivos al conectar cuando menos un inatrapable en cada uno.

El estadio de la ciudad de Cleveland fue mudo testigo del final de la aventura. Después de ese día el “Yankee Clipper” bateo consecutivamente hit durante 16 juegos más, para acumular 72 partidos, conectando la pelota a tierra de nadie de un total de 73 encuentros.

Definitivamente esa gesta es inquebrantable. Lleva más de 80 años vigente y su más cercano perseguidor ha sido Pete Rose con 44 partidos, muy lejos de la meta. Un Premio Nóbel de Física, Edward Purcell, analizó las plusmarcas de las actividades deportivas vigentes en la Unión Americana y concluyó: “El récord de DiMaggio es la hazaña más extraordinaria realizada en todos los deportes de Estados Unidos”. Ratifico, ese récord es imposible de superar, al tiempo. Mérida, mayo de 2023

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