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Yogi Berra, un gran beisbolista y filósofo

Hay personajes cuyos actos son más trascendentes que sus hazañas en el campo donde se desarrollan. Lawrence Peter Berra, Yogi Berra para el mundo del béisbol, es el caso clásico.

Dotado de un ingenio pocas veces visto, es famoso por sus frases célebres de la vida cotidiana, un “filósofo” cuyos yoguismos, siguen siendo referencia. Sin embargo, hoy hablaré del pelotero, que tuvo a verdaderas leyendas de compañeros, como Joe DiMaggio, Mickey Mantle o Whitey Ford entre muchos y a pesar de esos gigantes, fue un jugador extraordinario, cuyos méritos son reconocidos hasta ahora.

Jugó 18 temporadas con el equipo de sus amores, los Yanquis de Nueva York. Su posición dentro del cuadro era jugando la receptoría. Portó el número 8 en la espalda y tiraba a diestra y bateaba a la izquierda, fue un magnifico máscara con vista privilegiada, difícil de ponchar, sólo por señalar, en el año 50 del siglo pasado, únicamente se ponchó 12 veces en 656 apariciones al bate.

Tiene un récord difícil de igualar: ganar 10 Series Mundiales de las 14 en las cuales intervino y como consecuencia es el beisbolista que ha jugado más partidos en el Cásico de Otoño, con 75.

En 1956, fue el receptor de Don Larsen del único juego perfecto que se ha realizado en esas series. Otro palmarés en sus alforjas lo constituye el hecho que fue nombrado tres veces Jugador Más Valioso, distinción que rara vez se le otorga a esa posición. En el año de 1972 fue entronizado al Salón de la Fama.

Yogi era un jugador que provino de barrios humildes, con rostro antiestético, bajo de estatura, pero siempre amable con la prensa y sus compañeros, quienes lo apreciaban, tenía un colmillo retorcido y lo demostraba al distraer con preguntas al bateador peligroso en turno.

La imagen clásica de Berra es enfundando su pechera y careta, con su guante de receptor con un dedo afuera del mismo, costumbre que adoptaron sus iguales.

Yogi tiene muchas anécdotas. Se cuenta que cuando asistió al Vaticano tuvo la oportunidad de saludar a su Santidad Juan XXIII. Berra, al estar frente al Santo Padre, con toda familiaridad le dice: “Hola Papa”, a lo que el Vicario de Cristo con afabilidad le responde “Hola Yogi”.

No cabe duda el yanqui fue una institución en el béisbol. Para concluir, no pueden faltar sus ocurrencias verbales, sin ellas no sería Yogi: “La mitad de las mentiras que dicen sobre mí, no son ciertas”. “No hubieras ganado si te hubieran vencido”. “Para qué comprar una buena maleta, sólo la usas cuando viajas”. “No podía decir si el nudista era hombre o mujer, se tapaba la cara con una bolsa de cartón”.

Sin lugar a dudas tiene el récord de más frases célebres, hazaña que ningún beisbolista lo podrá superar. Yogi, sigue con tus frases en el cielo, fuiste un excelente pelotero y mejor filósofo. Mérida, noviembre de 2023

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