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Valenzuela y la leyenda del tirabuzón

El año 1981 marca un hito en el béisbol de las Grandes Ligas. En una ciudad americana, cuyos habitantes son en su mayoría latinos y mexicanos, vieron subir al montículo en el juego inaugural de esa temporada por el equipo de casa, los Dodgers, a un joven zurdo desconocido, portando el número 34 en su uniforme.

Su forma de lanzar era peculiar: miraba al cielo antes del envío. Los aficionados que asistieron a ese encuentro presenciaron el inicio de un fenómeno colectivo que empezó en Los Ángeles y se extendió a la unión americana y México: la Fernandomanía.

Un mexicano nacido en Etchohuaquila, un pueblo de Navojoa, Sonora, veinteañero, era el autor de esa “locura”. Su nombre: Fernando Valenzuela Anguamea.

Ese año, se hace acreedor a dos galardones, el codiciado Cy Young, que lo acreditaba como el mejor serpentinero, y Novato del Año, ambos en la Liga Nacional, lo que lo convirtieron en el primero y hasta ahora único jugador en ganar los dos premios el mismo año.

Valenzuela jugó durante 17 calendarios en la Gran Carpa, diez de los cuales fueron con los Dodgers, franela con el cual tuvo sus mejores temporadas, para peregrinar posteriormente en varios equipos. Se puede resumir lo mejor de la carrera del sonorense, en los siguientes años: el 81, su debut; el 86, en que obtuvo 21 victorias, completando 20 juegos en ese período, y el 90, cuando lanzó un juego sin hit ni carrera contra los Cardenales de San Luis.

El “descubridor” de Valenzuela fue el cubano Corito Varona, quien se lo recomendó a Mike Brito y éste a su vez lo canalizó al equipo angelino.

Fernando fue un jugador carismático. Lo que lo convirtió en ídolo fue famosa su serpentina de tirabuzón o screwball, con la cual anestesió a muchos toleteros, aunque ese lanzamiento no figuraba en un principio en su repertorio. Roberto Castillo, un pítcher retirado, se lo enseñó con los consabidos resultados.

Al retirarse, sus números son discretos, acumulando 173 victorias con 153 reveses y un porcentaje de carreras limpias de 3.54. Esos guarismos no fueron suficientes para ingresar al Salón de la Fama, pues en sus años de elegibilidad los salones con sus votos nunca le dieron el porcentaje necesario para entrar a Cooperstown.

Sin embargo, los Dodgers, en reconocimiento a su trayectoria, en 2023, retiraron su número, que lo convirtieron en el primer mexicano que recibe ese honor.

Definitivamente, Valenzuela con su brazo y personalidad, conquistó a una generación, es una leyenda, una celebridad para la comunidad latina en Los Ángeles y el territorio mexicano. Fenómenos como él pasaran muchos años para que se repitan.

Lamentablemente, a los 63 años de edad, tiene un duelo con la Parca. Aunque logra ponerla en dos strikes sin bola con su lanzamiento de tirabuzón, en el tercer envío la muerte le conecta sólido batazo a las gradas del jardín central del cielo, llevándose al serpentinero en un momento inoportuno, justo antes del arranque de la Serie Mundial Yanquis-Dodgers, en la que él brilló en el 81.

Fernando fallece, dejando su legado para los anales del rey de los deportes. Descanse en paz el “Toro”. Mérida, octubre de 2024

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