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Don Drysdale, un pítcher especial

Don Drysdale

Don Drysdale, un pítcher especial

Leyendas del deporte

Rafael J. Ramos Vázquez (*)

Con el nuevo sistema que en la actualidad aplican los managers en las Grandes Ligas, donde hay lanzadores abridores, “holders” (éstos aparecen sobre el medio juego) y cerradores, la figura del personaje protagónico de estas líneas, se realza más.

Se trata de la historia de un clásico muchacho americano, rubio, alto, que fue apodado “Big D”. Su nombre: Donald Scott Drysdale, quien labró toda su carrera con los Dodgers y fue ganador del premio Cy Young en 1962.

Portando el número 53 en el uniforme, Don Drysdale formó junto con Sandy Koufax una dupla exitosa. En el año 1968 impone el récord de seis blanqueadas consecutivas, marca que hasta hoy existe, y con las nuevas estrategias de picheo se antoja algo imposible de superar.

También fue poseedor del récord de más entradas lanzadas sin permitir anotación, con 58 y dos tercios, el cual fue superado 20 años después por Orel Hershiser.

Durante su carrera acumuló 49 blanqueadas, demostrando que era un lanzador dominante.

En la temporada de 1965, los Dodgers se habían coronado en su Liga y se enfrentarían en la Serie Mundial a los Gemelos de Minnesota.

Para abrir la serie el mánager Walter Alston designó a Sandy Koufax, pero resultó que el zurdo se negó, por su religión, pues el encuentro se realizaría el Día del Perdón, “Yom Kipur”, y Sandy, como profesaba la fe judía, estaba impedido a efectuar cualquier actividad ese día.

Fueron muchos los argumentos, pero nada hizo cambiar de actitud a Koufax. Ante tal eventualidad el estratega habló con Don y le dio la responsabilidad de ser el abridor de la serie. Antes de terminar la tercera entrada Drysdale ya había permitido siete carreras, por lo que Alston, viejo zorro de mil batallas, salió de la caseta para remover a su pitcher. Caminó lentamente hasta la loma, le pidió la esférica a “Big D” e hizo la señal para traer al relevista. Nadie pronunciaba palabra alguna y antes de retirarse del montículo, Don le dijo a su manager, quien lo miraba fijamente: “Apuesto que en este momento estará pensando que yo también debería ser judío”. Los Dodgers perdieron ese partido, pero ganaron la Serie Mundial.

Drysdale ganó 209 partidos en su carrera con los Dodgers y fue entronizado en el Salón de la Fama en 1984.— Mérida, Yucatán marzo de 2019

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