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La salud de los trabajadores

La salud de los trabajadores

Rafael J. Ramos Vázquez (*)

Apoyemos al gobierno de la Cuarta Transformación, formulemos como ciudadanos ideas que puedan ser útiles.

Uno de los logros del gobierno mexicano fue la creación del Instituto Mexicano del Seguro Social. Ese organismo, nacido en enero de 1943, tiene como misión preservar la salud de sus derechohabientes proporcionándoles toda clase de asistencia médica, en los dos niveles, consulta y hospitalización.

Esa entidad ha pasado por severas crisis financieras en los últimos años, que ameritan cambios en beneficio de gobierno, patrones y trabajadores.

En la actualidad el Instituto ha sido rebasado en el área de primer nivel, por la enorme cantidad de pacientes que van en busca de una consulta. Ante esa situación me permito sugerir una propuesta para mejorar el servicio y ahorrar recursos:

Se puede crear un programa denominado “El IMSS en tu empresa”, donde se inscriban voluntariamente los patrones que estén en posibilidad de hacerlo. Instalarían en el establecimiento un consultorio con uno o varios galenos, de acuerdo con el número de trabajadores que tengan, para que éstos sean atendidos. Esto generaría beneficios integrales.

Para el trabajador: cuando se sienta enfermo, ya no tendría que hacer interminables colas ni citas a largo plazo, sino que el médico de la empresa lo atendería con premura. Cuando el paciente amerite a juicio del facultativo una intervención quirúrgica, iría acompañado del doctor de la compañía, quien le explicaría al especialista de segundo nivel la dolencia y tratamiento que ha llevado, para su valoración y, en su caso, operación.

Para el doctor: sería contratado por la empresa y tendría un salario similar a los del IMSS, con todas las prestaciones. Aplicaría íntegramente los planes y programas de prevención y se le daría acceso electrónicamente a la base de datos de la institución y ésta estaría enterada siempre del protocolo que se realiza con el enfermo.

El galeno tendría la obligación de participar en los programas, cursos de actualizaciones y mejoras que imparta el instituto.

Para el patrón: podría deducir a cargo de las cuotas obrero-patronales que le correspondan las cantidades que erogue por ese programa, incluyendo las medicinas, enterando bimestralmente solo la diferencia. Pero vigilaría el desempeño del facultativo, que estaría bajo sus órdenes.

Para el instituto: se suprimirían considerablemente las consultas, que es el mayor problema por la cantidad de pacientes que tiene a su cargo hoy el médico general, quien muchas veces por el número no le es posible darle al enfermo la atención que se requiere.

En conclusión, las partes saldrían ganando: el trabajador, que sea atendido inmediatamente, recibiendo atención eficiente, rápida y efectiva. El área médica tendría más oportunidades de empleo y contaría con todas las prestaciones.

Los patrones deducirían los gastos de las cuotas a su cargo y únicamente enterarían la diferencia. El instituto podría reducir su planta de médicos, con el ahorro que eso conlleva. Sería una medicina mixta, mezcla de seguridad social, pública-privada.

México gana, ya que habría una mejor previsión de las enfermedades que serían atacadas inmediatamente y se implementarían programas que generarían una base trabajadora más sana y mejor vigilada.

Se podrían hacer planes profilácticos efectivos ya que el obrero estaría estrechamente supervisado. Y, con medicina preventiva, el país ahorraría grandes cantidades de dinero, tan necesario para otros rubros. La salud es primordial, es deber del Estado y derecho del mexicano, está consagrado en la Constitución. Para que un país pueda avanzar, la salud es indispensable.— Mérida, Yucatán.

rafaelramos@sji.com.mx

Abogado y empresario

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