Taj Mahal, símbolo de la pasión
El majestuoso Taj Mahal es una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno
Punto de vista… Viajes
Rafael J. Ramos Vázquez(*)
El amor… el amor… siempre ha inspirado a la raza humana a realizar grandes epopeyas, es el motor que mueve positivamente al mundo.
Cuando el viajero llega a la ciudad de Agra, en el estado de Uttar Pradesh, está a punto de conocer una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno, el Taj Mahal. Ese monumento es el más emblemático de la India, un dolmen al amor, un sueño hecho realidad.
Ese mausoleo es producto de un alma embelesada, de un corazón triste y solitario, un esposo perdidamente enamorado que a la muerte de su cónyuge decide hacer esa obra para recordarla.
Es una historia de amor entre el emperador Sha Jahan y su esposa Mutaz Majal. La traducción de ese sepulcro significa “el palacio o la corona de Majal”.
Ese edificio es realmente una tumba en donde se encuentran los restos mortales de los dos amantes.
Cuando el turista se encuentra ante ese portento de edificación, color blanco, puede admirar las diversas tonalidades que va tomando el mármol de acuerdo a la caída de los rayos del Sol.
Puede sentarse en las bancas que hay en la entrada para una sesión fotográfica y después admirar la deslumbrante obra, teniendo un cielo azul incomparable, sin nubes y un verde jardín que sirven de marco al fascinante edificio.
Al cerrar los ojos, el visitante puede “ver” en su interior, el monumento reflejado en el cristal de las aguas del estanque, en una visión difícil de olvidar. Sus cuatro minaretes con ligera inclinación hacia afuera del inmueble, perfectamente planeado por el arquitecto para que si hubiera un terremoto y se derrumbaran, no sea sobre el edificio.
Esos cuatro centinelas marmóreos son mudos testigos de la grandeza del amor que el rey sentía por su amada esposa.
Tengo que concluir que el amor, patrimonio único del ser humano, lo puede todo.