El Corcovado, una joya en Río de Janeiro
Punto de Vista… viajes
Rafael J. Ramos Vázquez (*)
Cuando el turista está en Río de Janeiro, el mejor lugar para alojarse es un hotel con vista a las playas de Ipanema.
Río, en mi opinión, es la ciudad más bella de Brasil, en ella hay dos cerros imponentes de singular belleza: Pan de Azúcar y el Corcovado, este último divide a la ciudad en dos partes.
En el cerro del Corcovado, llamado así por la forma de joroba, se denominó primeramente “Pico de la Tentación”, había en la cima un mirador, donde se podía contemplar la ciudad en todo su esplendor. Pero el pueblo carioca fuertemente religioso, influenciado por el catolicismo, decidió hacer a través de donaciones una obra gigantesca que impresionara al mundo.
En un principio la idea original era una estatua de bronce con una cruz en una mano y en la otra el mundo. Ese concepto fue desechado y en su lugar se construyó un monumento que en la actualidad es una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno: El Cristo del Corcovado o Cristo Redentor.
Ese gigante de piedra, mezcla de ingeniería, escultura y arquitectura, es una representación de Jesús de Nazaret. Actualmente es un destino especial muy atractivo para el excursionista y cumple 90 años de concluido, pues se inauguró el 12 de octubre de 1931.
En ese coloso, levantado en la cúspide de la montaña, a 700 metros sobre el nivel del mar, podemos contemplar la imagen del Señor imponente, con los brazos abiertos, la cara triste, ligeramente inclinada, vestido con túnica hasta los pies, sin taparlos. En sus manos se aprecian las llagas de la Crucifixión y sobre su cabeza una pequeña corona. El pecho está ligeramente descubierto y se puede contemplar un corazón pequeño en el centro.
Es un Cristo resucitado, que emana paz y que representa el perdón, la redención y la protección. Tal vez simboliza el puente entre lo inmaterial, Dios, y lo material la humanidad.
El titán tiene 30 metros de altura sobre una base de ocho metros. Para llegar a la cima el turista puede abordar un tren y después subir unos peldaños.
Como dato interesante: las partes principales de la estatua como la cabeza y los brazos, se construyeron en Francia por varios artistas y fueron enviados en bloques a Brasil por artesanos que no visitaron el monumento.
El turista puede desde el mirador donde se erige el Cristo admirar las playas de Ipanema, Copacabana, el estadio de Maracaná, templo del fútbol carioca, y Pan de Azúcar, todos ellos teniendo como marco las tersas olas azules del océano Atlántico, una vista increíble, espectacular.
Después de ese paseo, el visitante cuando llega a su hotel debe saborear unas deliciosas caipiriñas y disfrutarlas al ritmo del son carioca: la samba.
Abogado y empresario. WhatsApp 9999-00-00-44.