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Estambul, una maravilla que vale la pena visitar

Punta de Vista… Viajes

Acompañado de Huseyin, un guía turco con raíces búlgaras que habla un español fluido, hice un recorrido durante una semana por Estambul, la antigua Constantinopla, en su momento capital del imperio Otomano y anteriormente llamada Bizancio metrópoli del emporio Bizantino. Durante ese tiempo pude recorrer nuevamente esa enigmática ciudad, la cual es la única en el mundo que se encuentra entre dos continentes.

Cuando el turista pasa un puente sobre el Bósforo, hacia el Oriente un letrero dice “Bienvenido a Asia” y de regreso sobre el mismo viaducto un rótulo señala “Bienvenido a Europa”.

Estambul es una ciudad cosmopolita con más de 15 millones de habitantes, poseedora de bellezas arquitectónicas que dejan impresionado al visitante.

Huseyin con su experiencia de muchos años me condujo, además de lo programado, por calles perdidas que destilan la esencia turca y lugares donde generalmente el turista no llega a conocer, como el parque de las miniaturas, un extenso “museo” al aire libre que tiene la representación en pequeño de todas las maravillas arqueológicas y construcciones modernas que tiene ese país, todo perfectamente estructurado por regiones, sobresaliendo el templo de Artemisa y el mausoleo de Halicarnaso, dos de las siete maravillas del mundo antiguo de las cuales solo quedan vestigios; el mausoleo de Ataturk, padre de la Turquía moderna; la Mezquita de Suleiman; el aeropuerto; un mini estadio de fútbol con el escudo de cada uno los tres equipos que juegan en la ciudad: Besiktas, Galatasaray y Fenerbahce, y el Bósforo con sus puentes, entre otros.

Después de ese paseo el extranjero tiene una idea completa de lo mágico y grandioso de esa nación.

Otro lugar importante que no se incluye al paseante es el Museo de Arqueología, que contiene piezas invaluables del pasado de esa región y las más interesantes a mi criterio fueron una réplica del Código de Amurabi, ante el cual recordé mis clases de historia y el sarcófago de Alejandro Magno, y una obra perfectamente esculpida en mármol que relata en realce parte de las victorias de ese conquistador.

Conducido por el guía visité las mezquitas de Santa Sofía, la Azul, la de Suleiman, los Palacios de Dolmabahce, Topkapi y muchos lugares más. Caminamos sobre la calle Istiklal, que significa “independencia”, típica, llena de tiendas, bancos y cafés que conduce hasta la emblemática plaza Taksim.

Nos sentamos en un café con vista al Cuerno de Oro y paladeamos un exquisito y humeante té de manzana. Abordamos un ferry que navegó por el Bósforo y contemplamos todos los edificios y palacios a sus orillas.

Cuando me despedí de Huseyin para dirigirme al interior del país, me acordé del general Douglas MacArthur y parafraseándolo le dije: “Volveré”. El militar estadounidense nunca regresó a las filipinas, pero como turista espero cumplir y retornar.

Turquía es un tesoro, vale la pena descubrirlo.

Abogado y empresario. WhatsApp 9999-00-00-44.

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