El Tricolor en los Mundiales: soñando con el quinto partido
Punto de vista… fútbol
Catar, un pequeño país de Oriente Medio, se prepara para realizar el evento más importante del balompié: la Copa del Mundo; México seguramente estará entre los invitados al evento.
Recordemos: la selección mexicana ganó la última Copa Oro celebrada en Estados Unidos. En esa competencia el conjunto tricolor estrenó estratega, Gerardo “El Tata” Martino, actualmente con problemas por los resultados del once tricolor.
En su momento, después de la clasificación, los medios empezarán a “calentar” el ambiente y a especular que esta vez sí México ganará el próximo Mundial a celebrarse en el año 2022 o al menos llegarán al quinto partido. Los aficionados oirán la flauta y caminarán hacia donde el sonido los lleve.
Pero hagamos una comparación sencilla del Tricolor sobre esa justa a la cual acuden países de todo el mundo y, en donde se puede medir la realidad futbolística de cada nación.
Definitivamente, en las Copas del Mundo hay la siguiente clasificación: países protagonistas, participantes y rellenos.
Como naciones estrellas podemos señalar a Brasil, Argentina, Alemania, Italia, España, naciones que tienen historia y han ganado Copas del Mundo; son potencias futbolísticas y cualquiera puede realizar papeles estelares.
En el segundo grupo tenemos a los participantes, como Colombia, Rusia, México, etc., países que tienen nivel, pero no son potencias futbolísticas y para aspirar a ganar una Copa tendrían que escalar al primer plano a través de un cambio estructural en su sistema.
En el tercer grupo, de relleno, tenemos a Costa Rica, Panamá, las naciones africanas, etc. Son comparsa y no pueden pensar en ganar la Copa, y solo aspiran asistir al Mundial y con eso están más que satisfechos.
El continente que más naciones protagonistas tiene por el nivel de sus ligas, la mentalidad y preparación de sus jugadores, es Europa.
Nuestra selección no es equipo protagonista, no tiene hoy la capacidad de serlo. El nivel del fútbol mexicano es de bueno a regular. Es un equipo participante. México no es una potencia mundial, tenemos la fortuna de estar en la zona de Concacaf, cómoda, en la cual competimos con países mayormente de relleno, donde la clasificación casi es mero trámite, y si amplían a 48 el número de naciones, como está proyectado, es factible que tengamos el quinto partido tan añorado, pero por el sistema, no por méritos.
Italia fue eliminada en las fases previas del último Mundial y es una potencia, eso se debe a la zona donde juega.
Se señaló que en el último Mundial Alemania, Argentina, y España fracasaron y es verdad, solo que ellos tienen un historial de campeonatos ganados, y México no, por eso el fracaso de ellos y el nuestro es diferente.
El equipo tricolor, desde que tengo uso de razón, solo ha dado en los Mundiales malos resultados y buenos pretextos.
¿Qué se necesita para que la selección mexicana sea una potencia futbolística mundial?
Cambiar o modificar estructuralmente el sistema. Tener directivos comprometidos que no solamente los muevan intereses mezquinos; no han entendido que, si así como está la selección ganan dinero, si sacrificaran algo o mucho de ese ingreso actual, con un sistema competitivo a futuro la utilidad sería mayor.
Deben entender que con el mismo esquema tendremos igual resultado; hay que cambiar, no hay de otra.
Es necesario que exista un solo proyecto, no que cada dirigente o televisora quiera imponer “su” plan. En ese caso, uno bloquea el programa del otro.
El problema en sí es complejo, sobre todo cuando existen intereses económicos encontrados que no pueden sumarse a uno solo que sea rector, que tenga el apoyo, supervisión y consenso unánime. Es decir, se requiere unión, patriotismo y bajar una o varias rayitas a sus egos. Mientras eso no suceda lo que en cada Mundial prometan, el quinto partido y los posteriores, serán para el aficionado y todo México, una meta inaccesible. Un sueño guajiro. Mérida, Yucatán, diciembre de 2021.