Angela Merkel, mujer increíble
Muchas veces el poder tiene cara femenina. Fue la primera mujer en gobernar la Alemania unificada, su política siempre fue de austeridad y disciplina, fue una líder de derecha, con una fuerte formación científica.
A pesar de que no tuvo hijos, la familia fue fundamental durante todos sus mandados, es doctora en física, su tesis obtuvo la locución latina Magna Cum Laude, para señalar el nivel académico con el cual obtuvo su doctorado. Tuvo que enfrentar muchos problemas mundiales que resolvió adecuadamente, su nombre: Ángela Merkel.
Nació en el año 54 del siglo pasado, sus padres le impusieron el nombre de Ángela Dorotea Kasner, al contraer matrimonio con el físico Urlich Merkel, tomó su apellido y lo conservó a pesar de que se divorció cinco años después y contrajo nupcias posteriormente con el químico Joachim Sauer, quien nunca asistió a eventos oficiales y por eso la prensa le puso el sobre nombre de “El fantasma de la ópera”. Sin embargo, Ángela declaró que con él obtiene el equilibro emocional y profesional que necesita.
Merkel trabajó como física, pero a los 35 años decidió incursionar en la dura área de la política, con resultados sorprendentes: su padrino político Helmut Kohl la apoyó en un principio hasta que por méritos propios escaló peldaños hasta llegar a Canciller, o jefe del gobierno alemán, cargo que ostentó de 2005 a 2021, declinando presentarse para otro periodo.
A Ángela le gusta la cocina como buena mujer, su plato preferido es el puré de papas, durante sus mandatos era habitual verla comprando en un supermercado los ingredientes culinarios.
De una personalidad tenaz, cálida, directa y pragmática, durante su juventud mientras estudiaba en la Universidad Karl Marx fue camarera en una discoteca para poder costear sus estudios.
Es aficionada a la lectura y no le gusta el glamur, es célebre la anécdota que en una ocasión, una entrevistadora le preguntó por qué era austera en su vestir a lo que contestó que ella era canciller no modelo. Al retirarse todo el pueblo alemán le dio al mismo tiempo una ovación de varios minutos por su labor.
Al abandonar la política recibió una pensión de 15 mil euros mensuales del gobierno germano. Al separarse del cargo dijo “el que decide dedicar su vida a la política sabe que ganar dinero no es la prioridad”.
Ojalá que los políticos mexicanos tengan esa mentalidad algún día. ¿Llegará ese día? lector ¿qué opinas?