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Charles Darwin, el padre de la teoría de la evolución

Punto de Vista… ciencia

Rafael J. Ramos Vázquez (*)

“El hombre no es una creación de Dios, sino un mono evolucionado”. Con esa sencilla frase Charles Darwin cambió el curso de la Historia, debilitando la creencia de todos los dogmas que rezan: el hombre es concebido por el Creador.

En 1859 publica su obra cumbre “El origen de las especies”, la cual originalmente pensaba titular “La selección natural”. Es un libro que había esbozado por más de veinte años y finalmente decide darlo a conocer al mundo. Es una obra única, merecedora de una lectura profunda y analítica.

Para llegar a su teoría Darwin hizo acopio de observación y razonamiento, elementos indispensables para el descubrimiento científico. Durante cinco años viajó a bordo del bergantín “Beagle” de la Marina Real inglesa, recorriendo gran parte del globo terráqueo. Las Islas Galápagos, en Ecuador, llamaron poderosamente su atención y pudo percibir que cada ínsula tenía su propia y peculiar población de animales y plantas; descubrió que los pájaros eran marcadamente diferentes pero asombrosamente similares y observó que, a pesar de sus condiciones ecológicas iguales, cada islote tenía aves y fauna distintas.

Dedujo que procedían de un mismo tronco común, pero la separación era la causa de que fueran dispares. Ese largo recorrido marítimo le hizo confirmar lo que siempre había estado ante sus ojos: la evolución, una teoría simple pero profunda, que no se puede observar directamente sino que solo es deducible a partir de los datos que se tienen.

Concluyó que las diferentes criaturas tienen un antepasado común y se van modificando constantemente al adaptarse a distintas formas de vida, y señaló que cuando las especies se separan se apartan del modelo original pero conservan semejanzas. Para Darwin la vida es evolución y la fuerza que la impulsa es la selección natural, la adaptación al medio, para lo cual los seres vivos deben modificarse y seguramente lo seguirán haciendo. La Naturaleza es un proceso de “devenir” cuyo final es infinito.

Así, en la vida no subsiste el más fuerte ni el más inteligente, sino el que sabe acomodarse a las circunstancias. Charles Darwin tuvo detractores y a su vez pensadores que estuvieron de acuerdo con él, pero su teoría a muchos años de distancia sigue siendo una explicación admisible de la vida actual sobre la Tierra.

Abogado y empresario. WhatsApp: 9999-00-00-44.

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