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El karate: mucho respeto y también disciplina

Es un deporte, una disciplina y un arte. El cuerpo es el arma, pero se necesita mucha rapidez, fuerza, destreza entre otros atributos del ser humano. Se trata de vencer al oponente con pocos impactos, mediante patadas, golpes con las manos o inmovilizarlo. Pero no sólo se requiere fortaleza física, sino también energía mental.

Durante mucho tiempo esta disciplina fue considerada una afición de la gente de pueblo, pero sin lugar a dudas es un arte marcial japonés que ha evolucionado en distintas épocas y diferentes poblaciones, aunque sus antecedentes se remontan a China o India, muchos años antes de Cristo.  Esa especialidad parte del espíritu de los hijos del Sol Naciente. Se denomina: karate. Ese vocablo significa: manos vacías.

Es una actividad cuya práctica tiene por objeto defenderse o someter al adversario a través de una técnica correcta. El padre de esa materia es Gichin Funakoshi, fundador del Karate Do y pionero del estilo Shotokan. Este término era el seudónimo de Funakoshi, y proviene de Shoto, pino, y Kan, casa, traducido quiere decir: la casa de Shoto.   

Fue un prolifero escritor con alta calidad moral reconocida universalmente. Se dice que nunca mintió ni robó. Plasmó sus vivencias en varios libros y su máxima obra se tituló “Karate Do Kyo Han”, donde explica en forma clara y detallada la historia de ese arte y su filosofía.

La práctica de esa actividad se ha extendido mundialmente, siendo la vestimenta para practicarlo chaqueta, pantalones y faja. Es precisamente el cinto que indica a través de los colores el grado o nivel que tiene el alumno.

El obi o cinturón es de dos categorías, el Kyu para nivel menor y el Dan o cinturones negros para nivel mayor. El grado mínimo empieza con la faja blanca, para principiantes, que cambia de tinte conforme sube el escalafón del discípulo. La tonalidad de las correas de acuerdo al rango es celeste, amarillo, naranja, verde, azul, marrón, pudiendo variar el orden o algunas veces suprimir alguno.

La categoría Dan son fajines negros que suben del primero al décimo. Para que un escolar llegue al grado Dan, necesita haber cumplido 16 años como mínimo, con excepciones. El color con la más alta categoría es el rojo, lo obtiene el Maestro o Sensei quien en términos filosóficos es alguien que ha recorrido “El Camino”.

El karate es un medio de crecimiento personal, que genera ciudadanos prudentes, con principios morales como el respeto, y valores como el honor, lealtad e integridad. Quien practica karate seguramente es un ciudadano que aspira a la perfección.

El sensei Funakoshi tenía una frase que se hizo célebre y encierra la esencia de ese arte: en karate no existe un primer ataque. Mérida, febrero de 2023.

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