Final grandiosa y Nadal creciendo en el Open
Rafael Nadal rompió en llanto tras coronarse en Flushing Meadows
Final grandiosa y Nadal creciendo en el Open
Mi punto de vista… Tenis
Rafael J. Vázquez Ramos
Rafa Nadal ciñó en su testa la corona número 19 en torneos de Grand Slam, obtenida en las canchas duras de Flushing Meadows. Ganó por cuarta vez el US Open, en una final contra el ruso Daniil Medvedev una larga, épica y desgastante batalla.
El español sufrió hasta la última gota de sudor que derramó durante un encuentro de cinco sets y casi cinco horas. Se enfrentó a un rival difícil, calculador, que jugó todos los puntos en forma brillante, era una montaña inflexible que devolvía todo lo que le mandaba, desarrollando una estrategia que al final casi le da resultado. Ambos jugaron al límite de sus posibilidades y de su tenis. Después de la victoria Nadal, sentado lloró, sí, como lloran los valientes, reconociendo la magnitud del rival que había vencido y la proeza realizada.
De un partido que al terminar el segundo set, todo parecía que sería un fácil triunfo para el de Manacor. Pero Daniil con su juego a partir del tercero y la final la convierte en una epopeya. Esa victoria de Rafa, como casi todas, han sido con esfuerzo, talento y corazón.
Su fuerza mental va muchas veces más allá de sus posibilidades físicas. La magia tenística del mallorquín parece no tener fin, todos los aficionados deseamos que así sea, para bien del deporte blanco.
Al final del encuentro declaró: “He pasado por momentos difíciles en mi carrera, especialmente problemas físicos”.
Sin embargo lo mejor de ese torneo es que Nadal lo terminó sin lesiones, fuerte, sano. Sólo un personaje mitológico que al final vence implacable a todos los atletas, sentenciará inexorablemente el momento de su retiro, ese ser inflexible se llama Cronos, no tiene raqueta y espera todos los días en el estadio, sin prisa, a que el destino se cumpla, con cada jugador. Espero que Cronos sea benévolo con Nadal y le permita jugar varios años más. Si así fuere el español seguirá escribiendo con su raqueta proezas difíciles de igualar.
Con ese encuentro Nadal, junto con Federer, son los únicos que han disputado cinco finales en los cuatro torneos grandes. Con ese triunfo, el nativo de las Baleares se convierte en el único jugador en ganar trofeos de Grand Slams cinco veces después de cumplir los treinta años.
Hoy la brecha para alcanzar al suizo es más corta que nunca: una corona. Llegó el de Basilea a tener una ventaja de diez Majors sobre Rafa.
Por esa cuarta corona americana Nadal sufrió como saben sufrir los grandes y ganó como saben ganar los elegidos. Los tenistas excelsos pocas veces fallan. Enhorabuena Rafa, que en tus vitrinas se sigan acumulando más trofeos, hasta que Cronos diga ¡hasta aquí!
Pero no hay que olvidar y tenerlo presente, en los deportes el sufrimiento también es parte de la gloria.
Mérida, Yucatán, septiembre de 2019