Egipto es un lugar milenario lleno de historia. En él hay grandes construcciones e imponentes edificios, arropados por miles de años, su cultura es vasta y una de las más brillantes, y ha servido de referencia en múltiples acontecimientos históricos.

A las orillas del Nilo, río caudaloso causante de la fertilidad de las tierras aledañas, que permitieron a esa región eminentemente desértica el florecimiento de la civilización egipcia, una cultura que al día de hoy sigue sorprendiendo a investigadores y expertos.

Cuando el turista llega al Cairo, la capital, se impone la experiencia de una visita a la pirámide de Keops, paseo obligado para contemplar ese monumento pétreo.

El poliedro está en Giza, lugar a pocos kilómetros de la metrópoli. Contratar un guía y llegar montado en camello al pie de la Gran Pirámide es una práctica común. Al contemplarla me vino a la mente unas palabras de mi maestra de Historia que decía:

“Todos le temen al tiempo, pero el tiempo le teme a las pirámides”. Ese monumento tiene más de cuatro mil años y aún está erguido.

A la fecha, los investigadores no pueden explicar cómo se construyó ese edificio, tomando en cuenta el tiempo en que fue levantado y las rudimentarias herramientas que poseían, además no se han encontrado planos arquitectónicos que señalen la manera en que fue edificado, por lo que es aún un misterio por resolver.

Aunque son tres, y están alineadas siguiendo las estrellas que forman la constelación de Orión, la más añeja e importante es la de Keops (las otras son las de Kefrén y Micerino), una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo, siendo la única que existe y está de pie.

Esa construcción tiene aproximadamente 145 metros de alto y está formada por más de dos millones de bloques, cada uno con pesos que van desde tonelada y media hasta cincuenta.

El guía señala a los visitantes: “Existen varias teorías acerca de la edificación, incluso se ha dicho que los autores fueron extraterrestres o atlantes, y que en su interior está escrito el pasado y futuro del hombre”.

La Gran Pirámide de Keops, en Giza, es una maravilla que el viajero debe visitar, no la olvidará.