La Palma, desafío de la madre Tierra
Punto de vista… Viajes
El 19 de septiembre —Día de San Jenaro— pasado, en la isla La Palma, una cuesta de una montaña se rompió. De la superficie insular, por la fisura, empezaron a salir fumarolas y lava: la isla más verde del archipiélago canario era víctima de la naturaleza.
La madre Tierra dio una señal a la humanidad: su poder es devastador y ante esa supremacía el hombre es insignificante.
Los habitantes cercanos a la ladera empezaron a desalojar con la ayuda de la Guardia Civil española. No es un fenómeno aislado, la ínsula ha sufrido varias veces la fuerza de los sismos.
En esta ocasión se pudo ver, al momento, en todo el mundo, a través de las noticias, la evolución y el curso que tomó la erupción.
Estando en Tenerife, el visitante puede abordar un moderno ferry desde el puerto Los Cristianos y dirigirse a “Isla Bonita” como se le conoce a La Palma para hacer turismo solidario, como se le llama a la excursión, ya que el 50% de la tarifa del paseo está destinado para ayudar a las víctimas damnificadas.
El recorrido por mar dura al rededor de 2 horas. Cuando el barco arriba a la isla afectada, un grupo de guías se encarga de coordinar el paseo por autobús: consiste en comer en un restaurante, precisamente para apoyar al área gastronómica, y posteriormente trasladar a los visitantes hasta el lugar más seguro y cercano permitido por las autoridades para contemplar el volcán en franca actividad.
En el trayecto, la conductora relata todo lo acontecido en la isla a partir del fenómeno y comenta que no existía cráter, simplemente se abrió la ladera de la montaña y empezó la erupción. Esa es la razón por la que el volcán no tiene nombre, solo lo llaman “el monstruo”, pero posiblemente se denomine a futuro Tajo Gaite que en idioma aborigen significa: Montaña Rajada.
El mirador denominado Tajuya, ubicado junto a una iglesia que lleva por nombre La Sagrada Familia, está situado a unos 2,000 metros del volcán, desde ese sitio el paseante puede ver un área gigante de cielo gris, oscurecido por las fumarolas del monstruo, humo y cenizas que alcanzan los 6,000 metros de altura y oír los rugidos que emanan de sus fauces, brotando lava que se escurre lentamente por la ladera en un camino formado por él mismo.
Es una caldera que cruje desde lo más profundo de la Tierra. Hay una enorme área negra donde están sepultadas cientos de casas, apreciándose techos y restos de una factoría.
Se permanece en el mirador 45 minutos, tiempo suficiente para contemplar el fenómeno e imprimir fotos y vídeos. Como parte del tour se visitan puntos de interés y se regresa al barco.
Definitivamente no hay mejor espectáculo que el producido por la naturaleza, pero cuando ella es el enemigo, la guerra está perdida para el hombre, que es un ser indefenso ante la grandeza de nuestra madre Tierra. Por eso cuando la naturaleza habla el hombre calla.
Viajar, muchas veces, te deja sin palabras, luego te convierte en narrador.
Abogado y empresario. WhatsApp: 9999-00-00-44.