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Las Cataratas de Iguazú, un regalo

El mundo tiene fenómenos naturales que dejan asombrado al hombre. Son innumerables, difícilmente se puedan unificar los criterios y nombrar el más bello: eso es imposible.

Pero existe un prodigio que es calificado como uno de los más increíbles por su majestuosidad, una maravilla que la Madre Tierra obsequia al ser humano para disfrutarlo. En las montañas cariocas ubicadas en el estado de Paraná, nace un río del mismo nombre, que recorre muchos kilómetros para dar lugar a un afluente, alimentando el río Iguazú, que tiene un recorrido tranquilo, hasta que el líquido cae verticalmente en un desnivel por efecto de la gravedad, se desploma y da lugar a un salto de agua espectacular, esa rareza de la Madre Tierra son las Cataratas de Iguazú, palabra que en lengua nativa significa “Agua grande”.

El turista que visita Brasil o Argentina puede acceder a esa atracción. El guía narra la leyenda siguiente: Una serpiente vivía en el río y los nativos arrojaban cada cierto tiempo una doncella como ofrenda, para beneplácito del reptil.

En una ocasión un aborigen raptó a la mujer para salvarla del sacrificio, escapando ambos en una canoa por el riachuelo.

El ofidio, molesto, lo partió creando las cataratas y separando a los dos prófugos como castigo.

El conductor señala que desde Brasil se ven, pero desde su país se viven. Esa inmensa caída de agua es la más caudalosa del mundo, tiene una longitud de cerca de tres kilómetros y es compartida por pamperos que tiene la mayor parte y la nación brasileña. Consta de cerca de trescientos saltos de agua de diferentes alturas que van desde sesenta a noventa metros.

La Garganta del Diablo es la más alta y copiosa, tiene forma de “U” con cerca de ciento cincuenta metros de ancho y a través de las nubes de vapor que se forman por el desplome del líquido, se pueden ver los intensos colores que forman un arco iris. El rugido del agua al caer es impresionante.

El planeta nos asombra con sus prodigios, esa cascada hechiza al visitante cuando la contempla; la naturaleza enseña su supremacía con esa catarata increíble. Hay que verla para comprobarlo y valorar su magnitud.

Abogado y empresario.

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