Skip links

María Sharapova, la belleza en el deporte

Punto de Vista… tenis.

Rafael J. Ramos Vázquez (*)

La naturaleza muy pocas veces confiere al ser humano todas las cualidades. María Yurievna Sharapova es el ejemplo típico: dotada de una belleza clásica, la Creación le dio además, talento para el tenis, pero no le concedió un cuerpo que pudiera resistir todo lo demandante de ese deporte.

Natural de una localidad de Siberia, en las heladas estepas rusas, nace en 1987, y desde los cuatro años empuña una raqueta para iniciarse en ese deporte.

Una catástrofe histórica en su país natal, Chernobil, hace que sus padres abandonen su patria y se trasladen a los Estados Unidos, lugar en donde María pudo desarrollar sus cualidades.

A los 17, muy joven y ante el asombro de propios y extraños, gana su primer Grand Slam, en el pasto de Wimbledon, convirtiéndose en la primera rusa que triunfa en ese torneo.

Poseedora de un potente revés a dos manos, una derecha poderosa y un juego desde el fondo de la cancha, esa espigada y alta jugadora, deslumbra por su belleza, que la hace ser un icono en el tenis y  la moda. Modela para varias revistas y lanza una línea de caramelos denominada Sugarpova.

En cuanto a su carrera en el deporte blanco, lo más sobresaliente es haber ganado cinco Grand Salms: Australia, en donde es la primera rusa en conquistar ese evento; Roland Garrós, dos veces, Wimbledon y Estados Unidos, y ocupar durante corto tiempo la cumbre de la clasificación WTA como número uno del mundo.

Sin embargo su cuerpo siempre le dio problemas de lesiones, lo que la convirtió en una jugadora de altibajos. Una María sana, era una rival difícil de vencer; lamentablemente, su físico nunca le ayudó a conservar el nivel que se requiere para esa dura y exigente actividad.

A distancia, sin justificarla,  se puede entender el porqué buscó refugio en sustancias prohibidas para mitigar su deterioro físico, por lo que en el año 2016, es sancionada por las máximas autoridades de la raqueta con dos años de suspensión, que se le redujo a quince meses,  por dar positivo en la ingesta de sustancias prohibidas, situación que María reconoció y pidió disculpas públicamente por ese erróneo comportamiento.

A su regreso, ya no fue la misma. No jugar regularmente a esos niveles, hace que el tenista pierda cualidades necesarias para estar a la altura que se requiere. Definitivamente la rusa ya no tenía la fuerza, concentración y juego.

Fue eliminada en las primeras rondas de casi todos los torneos a los cuales fue invitada. Esas realidades, aunado a sus limitaciones físicas, tal vez la llevaron a efectuar un análisis de su situación y valientemente anunció su retiro de una profesión a la cual le dedicó 18 años de su existencia.

Se fue tranquila, consciente de que hizo todo lo que su talento y condición física le permitió realizar. Cuando comunicó su adiós dijo con palabras mesuradas y voz tranquila: “He dado mi vida al tenis, el tenis me ha dado vida a mi”.

En mi opinión, su estado físico la retiró. Nunca fue considerada la reina de las pistas y María Sharapova será recordada más por su belleza que por sus récords en la cancha.

Todos los aficionados a ese deporte le decimos hasta la vista a una gran tenista y le deseamos, que encuentre la felicidad en su vida privada, lejos de la actividad tenistica, la merece. ¡Adiós, Masha!

Mérida, Yucatán, marzo de 2020.

Return to top of page