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Miguel Induráin: rey del Tour

Punto de vista… Ciclismo

Ganar el Tour de Francia es para cualquier ciclista escalar a lo más alto de ese deporte, estar en el pináculo de su carrera, materializar un sueño que todo pedalista desea alcanzar.

Pero lograrlo cinco veces y en forma consecutiva es verdaderamente una hazaña muy difícil de superar en los tiempos actuales. Miguel Induráin Larraya es el español poseedor de ese récord: se enfundó la camiseta amarilla de 1991 a 1995 y obtuvo la corona anualmente.

A eso se debe que tenga los sobrenombres de “El extraterrestre”, “La Locomotora”, “Big Mig” o “InduRey”. Ese gigante de casi un metro con noventa centímetros basó su éxito en ser un invencible corredor contrarreloj, sin lugar a dudas su mayor fortaleza. Nunca fue un ciclista espectacular, al contrario era precavido, inteligente, atacaba en los tramos de su especialidad y luego usaba su fuerza e ingenio para preservar la ventaja.

Su debilidad eran las montañas, en donde empleaba su resistencia para mantener su prelación. No escapa el hecho y es pertinente señalar que el estadounidense Lance Armstrong consiguió ininterrumpidamente siete veces la corona del Tour francés, de 1999 a 2005, pero esos triunfos la máxima autoridad que rige el ciclismo se los retiró por el uso de sustancias prohibidas que aumentaban su rendimiento, quedando durante esos años sin ganador el evento. Desde el punto de vista histórico y de récords, esa gesta no existe. Ante tal situación, emerge la figura del navarro y se agranda su hazaña.

Aunque Miguel es un símbolo en toda España y considerado por la crítica como el mejor pedalista español, su personalidad es de un hombre de pocas palabras, sencillo, taciturno y humilde, que no exterioriza sus emociones. Siempre ha tenido una vida sana, alejado de vicios y escándalos.

Miguel tuvo durante su carrera una poderosísima condición atlética y una técnica superior a los pedalistas de su época. Su cuerpo tenía una fisiología diferente, la naturaleza lo dotó de un corazón fuerte que palpitaba 28 veces por minuto, lo que constituye un récord de frecuencia cardíaca más baja medida a un ser humano sano, lo anterior le permitía que, cuando piloteaba su caballo de acero, su músculo cardíaco trabajara menos y transportara a través de la sangre que bombeaba mayor cantidad de oxígeno al cuerpo, redundando todo eso en menos cansancio y mayor rendimiento.

En España, cuando se piensa en el deporte de la bicicleta, aparece la figura de Induráin, vestido con la camiseta amarilla de líder, en lo más alto del podio, levantando el trofeo en el lugar más bello de Francia, los Campos Elíseos. Ícono del ciclismo hispano y mundial, su récord permanecerá incólume mucho tiempo. Mérida, febrero de 2022

 

Abogado y empresario

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