Panamá y su Canal, maravilla de la ingeniería para el mundo
Es un país ubicado en América Central, próspero, bello, con infinidad de atractivos turísticos que lo hacen un paraíso para viajantes o inversionistas, su nombre significa “abundancia de peces”. Me refiero a la República de Panamá.
El visitante no puede perderse su atractivo principal: el Canal, por lo ingenioso y por la importancia en su uso comercial. Varias naciones buscaban la manera de unir los océanos Pacífico y Atlántico para evitar el rodeo de todo el continente, así ubicaron la franja de tierra más delgada; Panamá la tenía.
Su construcción fue una epopeya, la fiebre amarilla, la malaria y problemas económicos detuvieron varios años su edificación. Hasta que Estados Unidos y Panamá firmaron el tratado Hay-Bunau Varilla, mediante el cual los canaleros recibieron 10 millones de dólares y una renta anual de 250 mil verdes. Los americanos harían la construcción y la administrarían.
El Canal funciona mediante esclusas, obras hidráulicas utilizadas para subir o bajar barcos entre aguas de diferentes niveles. El navío entra al elevador de agua y éste se llena del líquido para elevar la embarcación 26 metros sobre el nivel del mar hasta estar a ras del lago Gatún, el punto más ancho del canal. Después de navegar el lago, desciende a través de otra esclusa hasta llegar al otro lado del mar.
Ese recorrido dura aproximadamente nueve horas. Esa obra de ingeniería tiene una longitud de 80 kilómetros y conecta los puertos de Balboa y Cristóbal. Cruzan en promedio 37 naves diariamente y el visitante puede ver desde un mirador cómo emerge ante sus ojos el enorme buque.
Mediante el Tratado Torrijos-Carter, el Canal regresó a los panameños a partir del año 2000.
Además de esa maravilla, el turista tiene muchas opciones, como: el Casco Viejo, un barrio pintoresco con residencias coloniales, exquisitos restaurantes y preciosos hoteles boutiques. En él se puede visitar la Catedral de Santa María y la iglesia del Carmen, un templo de estilo barroco, cuya arquitectura es de la época medieval. Otro atractivo es el Distrito Financiero, en el cual se encuentran modernos edificios que en conjunto se asemejan a un Nueva York en pequeño. Una construcción emblemática en esa zona es la denominada El Tornillo, por su forma muy peculiar que lo identifica inmediatamente. O ir de excursión al volcán Baru, el punto más alto y contemplar desde ese sitio los dos océanos.
Panamá tiene muchos más atractivos como bosques, islas, aguas termales, pueblos pintorescos, que conforman un país multicolor. El panameño es gente amable, sencilla, con gran empatía hacia el extranjero. Panamá es una nación que vale la pena visitarla, no defraudará al paseante.
*Abogado y empresario. WhatsApp. 9999-0000-44.