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Pecado en Las Vegas

Saúl Álvarez durante la rueda de prensa posterior al pleito sabatino

La pelea “Canelo”-Golovkin

Rafael José Ramos Vázquez (*)

El sábado 15 de septiembre, mes patrio, se realizó en Las Vegas, acertadamente llamada “la ciudad del pecado”, la esperada pelea entre Saúl Álvarez y Gennady Golovkin.

Aclaro que no tenía favorito, simplemente deseaba disfrutar una buena pelea, con base en toda la propaganda que precedía a la función, observar el boxeo de ambos púgiles y analizar el combate desde un punto netamente boxístico.

Era ver dos contendientes, sin tomar en cuenta sus nacionalidades y ni considerar la fecha conmemorativa de por medio, es decir, ver sin apasionamientos.

Mi opinión irá en contra de muchos aficionados, pero la diversidad de opiniones enriquece, por eso con el respeto de quienes opinan diferente, señalaré: para mí la pelea la ganó Golovkin, fueron tres raunds para el “Canelo”, siete para “GGG” y dos empatados. La victoria del campeón fue clara, ganó por más de tres puntos.

Analicemos: durante el transcurso de la pelea vi en Saúl a un buen boxeador, bueno a secas, no es un fenómeno ni nada que se le parezca, pero me queda claro que ante la carencia de verdaderos ídolos del boxeo, es necesario crear un peleador que deje muchas ganancias y los medios hicieron un “ídolo” llamado “Canelo”, que es, más que nada, un producto publicitario.

Ahora es común, aunque los aficionados no se den cuenta, que se hagan héroes que pelean con bultos y con tres o cuatro victorias y un marketing bien encaminado crean artificialmente un “fenómeno”, como es el caso que nos ocupa. Puedo decir, sin duda, que lo mejor que tiene el jalisciense es la publicidad, sin restarle ningún mérito.

Al “Canelo” le falta aprender. La izquierda del kazajo entró cual larga fue la pelea a placer en su rostro y ni él ni su esquina pudieron hacer algo para evitarla. No tuvo recursos para contenerla.

Saúl tiene un buen golpeo, sin ser demoledor, pero le falta técnica, es decir defensa, en esta contienda no tuvo sentido de la distancia, no tiene un buen juego de piernas, lo vi muy estático, con poca movilidad, sin una estrategia clara. Efectivamente, la mayoría del combate fue para adelante, eso demuestra valentía, pero nada más. Tal vez deba de cambiar de entrenador, cómo le hace falta un “Cholain”.

Pienso que incluso Berchelt puede ser mejor púgil, libra por libra, pero no tiene actualmente la promoción, oportunidades y bolsas que llegan a Álvarez. Tal vez Miguel necesita que lo adopte una televisora, porque calidad la tiene.

Me queda claro que convenía que Saúl gane la pelea, ya que representa intereses económicos superiores a los del kazajo, que no es un producto comercial bueno, si no cómo se explica que el “Canelo” siendo el retador tenga una mejor bolsa que el campeón. Era necesario que Álvarez, por ser un producto generador de muchos dólares ganara la contienda, era imprescindible protegerlo.

A futuro generará grandes bolsas para todos. Tan es cierta mi opinión que un comentarista de una televisora le dio el triunfo a Gennady, pero aclaró que estaban en Las Vegas y que cualquier veredicto pudiera ser. No se equivocó.

Los jueces esperaron la señal de los casinos para dar su decisión. No nos asustemos, al fin y al cabo Las Vegas es la ciudad del pecado, uno más, no importa.— Mérida, Yucatán, septiembre de 2018.

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