Ponce; maestro de maestros
PUNTO DE VISTA… TOROS
Para los taurinos de hueso colorado, opinar de ese torero es hablar de un matador que ha estado en la arena durante tres décadas, jugándose la vida en más de 2,500 festejos, un matador equilibrado, de vocación, que ha realizado sinfonías en el redondel, donde se puede confirmar que el de Cúchares es arte entre las artes.
Su nombre Alfonso Enrique Ponce Martínez, conocido en la tauromaquia simplemente como Enrique Ponce. El valenciano es uno de los maestros más laureados. De estilo purista y elegante, conoce bien los terrenos del burel, al que torea con temple, a la distancia correcta y perfecta colocación, que hace acoplarse al toro, dando como resultado una faena equilibrada, impecable, situándose encima del enemigo.
Poseedor de una excelente técnica, entiende bien al astado y desarrolla la lidia adecuada, dominando el ámbito del cornúpeta. La naturalidad con la que cuaja las faenas hace parecer fácil el toreo, sin embargo, hay profundidad, belleza y plasticidad en sus lances que son un verdadero deleite para los amantes de la fiesta brava.
Tiene un gran repertorio que implementa con sencillez, aunado a la pulcritud de su toreo que lo hacen diferente y con personalidad. El destino quiso que debutara con un toro llamado “Talentoso”, presagiando lo que en el futuro sería. Su paso por la arena es impresionante: es el único matador con 100 o más festejos durante diez años consecutivos, habiendo indultado más de cuarenta enemigos. Ha lidiado prácticamente todas las ganaderías y abierto las puertas grandes de casi todas las plazas.
En cuanto a cornadas, tan naturales en esa peligrosa profesión, ha sufrido algunas que lo han puesto al borde de la muerte, aunque por su estilo y dado el número de bureles estoqueados, más de cinco mil, aquéllas podemos decir han sido pocas.
En julio del año próximo pasado, con más de 50 años de edad, anunció su retiro temporal de la arena, que, en mí opinión, pienso que es definitivo. Enrique ha resumido su profesión en pocas palabras al señalar: “Toda mi vida he querido ser torero, siempre fui torero, nací torero; el toreo es una forma de sentir, de ser, de vivir, por eso es grandioso y mágico. Es un espectáculo en donde no hay nada preparado, lo que ocurre en el redondel todo es verdad”.
Hoy, retirado, lleva sobre sus espaldas un historial de gloria y triunfos. Enrique Ponce, para las generaciones por venir, será un referente en la fiesta brava. Mérida, febrero de 2022
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