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Puente entre generaciones

Punto de vista… Tenis

Rafael J. Ramos Vázquez *

Durante muchos años los científicos han tratado de encontrar el enlace que conecte al mono con el hombre. No lo han hallado: lo denominan “El Eslabón Perdido”.

Por muchos años, en el tenis ha reinado una tercia de astros, grandes jugadores, que serán en los años por venir unas leyendas. Sus nombres son conocidos: el suizo Roger Federer, el español Rafael Nadal y el serbio Novak Djokovic, quienes han imperado en ese deporte de manera indiscutible durante más de una década.

Parecen titanes que nadie puede derrotar, pero no cuentan con un rival imbatible que derrota a todos, el dios Cronos, y contra él no hay humano que pueda salir vencedor. Federer con 38 años, Nadal con 34 y Djokovic con 33, comienzan a ser derrocados por ese coloso que no respeta a nadie, por muy bueno que sea el contrincante.

De la pléyade de jóvenes que campean en la actualidad en el deporte blanco, no hay uno que tenga las suficientes credenciales para ser sucesor claro de cualquiera de esos mitos. La grandeza del “Big Three”, por sus calidades y constancia, no dejaron crecer cuando menos a una generación de tenistas.

Hoy, aparecen varios candidatos para ocupar el puesto de alguno de esos tres gigantes, sin embargo por su juventud e inexperiencia necesitan tiempo para madurar y ubicarse en la cúspide del deporte de la raqueta. Pero, hay uno que se manifiesta como el eslabón perdido, ahora encontrado, entre la tercia de estrellas y la generación de los jóvenes actuales. Me refiero a Dominic Thiem, un austriaco de 27 años que ha logrado la proeza de derrotar en cinco ocasiones a los tres grandes, una Epopeya que solo el inglés Andy Murray puede presumir.

El austriaco, hoy encumbrado en el “Top Ten” mundial, jugó en Mérida, en la Copa Yucatán, siendo un adolescente. Dominic ya tiene la experiencia y desarrollo necesarios para considerarlo un verdadero rival digno de tomar en cuenta y los resultados los confirman. Tiene una personalidad tímida y empática con el público.

Su nivel de juego lo elevó gracias al estricto entrenamiento, casi militar, que le impuso su preparador físico Sepp Resnik, un compatriota que lo hacía ejercitar en el bosque durante la noche, disciplina que le dio fortaleza física y mental tan necesarias en ese deporte.

Su estilo de juego lo basa en un golpe sólido, agresivo, con una derecha potente, su mejor arma, un revés a una sola mano que pocos tenistas poseen. Un buen servicio y un juego de fondo fuerte y prolongado con precisión para colocar la pelota en la línea del rival. Su superficie favorita es la arcilla, pero últimamente se ha acoplado a la cancha dura, con magníficos resultados. Su fuerza psíquica la ha incrementado, lo cual le ha permitido ganar muchos partidos en muerte súbita.

Dominic Thiem es un jugador en toda su madurez y considero que es el enlace entre jóvenes menores de 24 años como Zverev, Rublev, Medvedev, Tsitsipas, Shapovalov, De Minuar, Auger Aliassime y la generación de estrellas veteranas encabezada por los Tres Grandes. Mérida, Yucatán, noviembre de 2020.

*Abogado y empresario

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