Símbolo francés
La ciudad de París es mágica, hechiza al turista que la visita, en ella hay infinidad de historia, edificios, avenidas que la convierten sin lugar a dudas en uno de los sitios más bellos del mundo.
Cuando el paseante se encuentra en la Ciudad Luz puede andar por sus calles y disfrutar una metrópoli única. En ella se encuentra un monumento que es el símbolo indiscutible de Francia: la Torre Eiffel.
A ese inmueble se puede llegar caminando disfrutando los paisajes o por el Metro parisino, transporte público sumamente fácil de utilizar, en el cual puede el viajero bajarse en la estación Trocadero y desde la Plaza del mismo nombre admirar la majestuosa obra ubicada en el Campo Marte, un jardín de un verde intenso, donde las aguas del río Sena serpentean tranquilamente por uno de sus lados.
Su edificación se debe a lo siguiente: el centenario de la Revolución Francesa coincidía con la Exposición Mundial que se realizaría en París y los franceses deseaban elaborar la construcción más alta del mundo, sacando a concurso el proyecto. Fue un acopio de decenas de ideas, originalmente se había propuesto una guillotina inmensa de casi trescientos metros de altura.
Finalmente se impuso el proyecto de Alexandre Gustavo Eiffel, que consistía en una torre de hierro forjado, unida por remaches sobre una base de piedra; sería el edificio más alto del mundo y lo fue por más de 40 años. La estructura estaba planeada para durar 20 años, pero un centenario después sigue en pie. La Torre consta de tres niveles, en cada uno hay restaurantes y los que tienen la oportunidad de subir al último piso pueden paladear una copa de espumosa champaña y admirar la figura del Eiffel a tamaño natural recibiendo a Thomas Alba Edison.
Quien la visite en la noche podrá admirarla bellamente iluminada. París es una urbe que embruja al turista, es una ciudad que puede ser visitada infinidad de veces y siempre habrá algo que fascine y cautive. Cuenta la anécdota que el protestante Enrique de Borbón se convirtió al catolicismo para reinar el país galo diciendo: “París bien vale una misa”. Al visitarla se puede comprobar que Enrique IV se equivocó, la Ciudad Luz vale mucho más que eso, es fascinante.
Abogado y empresario. WhatsApp: 9999-0000-44.